Cada vez lo usa menos, pero de alguna u otra manera, Atlético siempre termina teniendo a Sebastián Longo en su equipo titular. Entre aquella relación casi simbiótica en el Argentino A 2007/08 a haber disputado cuatro minutos de los 1.440 que se jugaron en la actual temporada, pasó mucha agua por debajo del puente, pero todo parece acabar en lo mismo: con el histórico volante jugando de arranque.
Al menos eso dispuso Héctor Rivoira en el entrenamiento de ayer cuando paró al equipo titular pensando en el duelo de mañana frente a Sarmiento, a las 16. Su ingreso era uno de cinco respecto del partido anterior.
“Estoy bien, contento por jugar”, dice Longo. No es para menos. Hasta ahora sólo había visto acción en el partido contra Santamarina en la primera rueda, ingresando en los últimos minutos. La última vez que había arrancado como titular en la B Nacional fue hace más de cinco meses, en la despedida de la temporada pasada. En ese torneo fue suplente durante la mayoría del campeonato y recién agarró la titularidad en las últimas 10 fechas, cuando “Chulo” volvió al club. Incluso, debió hacerlo en un puesto extraño para él, pero en el que Rivoira lo necesitaba: volante central.
El paso del tiempo se volvió inversamente proporcional a su participación en el equipo: en la temporada 2011/12 (la 2012/13 la jugó en Independiente Rivadavia) no solo jugó 37 de 38 partidos posibles, sino que también fue el goleador del equipo con seis tantos.
Ni hablar de su intervención en el ascenso meteórico del “decano” desde el Argentino A hasta Primera entre 2007 y 2010: más de 70 partidos jugados y 10 goles.
En este Torneo Transición vio como Diego García, Gastón Giménez, Jonathan Gómez y hasta Francisco Grahl (diestro) ocuparon la franja izquierda en el medio campo, mientras él veía desde afuera.
Pero el mendocino no se rindió. Después de todo no es nada que no sufra cualquier jugador y sabe que por algo siguen apelando a sus servicios. “Es un momento para estar fuertes de la cabeza y sacar esto adelante”, confiesa Longo. No por nada, con 31 años, será el tercer jugador más experimentado en cancha para el “decano”, luego de Pablo Garnier (33) y Javier Malagueño (32).
Porque si perdió algo de protagonismo en los últimos años, nadie puede negarle que ganó experiencia. Y justamente es eso lo que busca Rivoira para volver a enderezar el rumbo del equipo, que sacó cuatro de 21 puntos en la segunda rueda de este torneo.
“Son momentos del equipo. Siempre pasa que los equipos a nivel grupal e individual a veces bajan y no están bien. Sabíamos que esta segunda ronda iba a ser más complicada”, aseguró.
Ese momento debe cambiar y Rivoira pensó en Longo para hacerlo. Una histórica costumbre.